Crítica sin spoilers de El sacrificio de un ciervo sagrado.
Hace unos años una amiga me llevó a ver Alps, película que me dejó en shock. Desde ese momento Yorgos Lanthimos se convirtió en un director al que le quería seguir la pista.
La semana pasada se estrenó la nueva película del director griego, El sacrificio de un ciervo sagrado, una de las películas imprescindibles de este año.
Hacer una crítica sin spoilers de El sacrificio de un ciervo sagrado supone una gran dificultad por ser un thriller plagado de revelaciones. Aún así lo he conseguido.
El sacrificio de un ciervo sagrado es una absoluta obra maestra, quizá la mejor película realizada por Yorgos Lanthimos. El guion –premiado en el pasado Festival de Cannes–, la composición de cada plano y la estremecedora banda sonora te atrapan y te llevan a momentos realmente terroríficos y trágicos. Después de ver esta película no podrás volver a escuchar como antes la canción Burn de Ellie Goulding.
El sacrificio de un ciervo sagrado es una película que se mueve entre varios géneros, el thriller, el terror y la pura tragedia griega. La comedia es otro terreno en el que se adentra Yorgos Lanthimos. En este caso el humor no sirve para aliviar, sino para tensar más aún al ser un humor muy negro y retorcido.
La nueva película de Yorgos Lanthimos supone el refinamiento de su autoría. Es su obra más impoluta y cómoda de ver. Y al decir cómoda no quiero decir que sea agradable, pero sí fácil comparada con sus anteriores trabajos.
Mientras veía El sacrificio de un ciervo sagrado no paraba de pensar en Michael Haneke y en Funny Games. Ambas películas comparten gusto por la violencia simbólica, aquella que está presente en los diálogos, en la banda sonora y fuera de plano. Y que puede ser mucho más dura que la mostrada de forma explícita.
Siempre he pensado que Yorgos Lanthimos es un seguidor del director de La pianista. Seguidor en el sentido de que a ambos directores les encanta provocarnos y llevarnos al límite a través del uso de esa violencia simbólica.
El único problema que le veo a El sacrificio de un ciervo sagrado es esa aura de obra misógina que tiene. Aura presente en todas las películas del director griego.
Todas las obras de Yorgos Lanthimos tienen gran presencia femenina. El problema es ejercer la violencia siempre sobre ellas. En ninguna película se libra mujer alguna de ser maltratada. Esto se podría entender como una crítica hacia la realidad en la que vivimos. Sin embargo, tras cinco películas ya cansa ver a mujeres maltratadas tan esquemáticas y que no toman el poder.
En resumen: El sacrificio de un ciervo sagrado es una grandísima película en términos artísticos que te lleva a situaciones extremas y que permanece en tu cabeza mucho tiempo después de verla. Aunque personalmente me empieza a preocupar tanto odio por parte de este director hacia las mujeres.